Querido Lector,

si te dispones a leer este folletín de aspecto lisonjero, tres cosas te pido: no te violentes, la violencia indefectiblemente priva de razón. Celebra la diferencia, hace la vida más interesante y placentera. Y sonríe, una sonrisa es un regalo compartido. Si aún así algo de lo dicho o exhibido en estas páginas te ofende, te ruego me disculpes.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Capítulo VIII

Si cebaba un cimarrón Lo tomaba a la carrera Apeado el camisón En vez de pava tetera Calentándose al fogón En el hombro la cartera Brillantina en cinturón Poncho rosa con hombreras Flor de alpaca en el facón Lentejuela en las espuelas Alpargata sin cordón A su flete usted lo viera Un overo en discusión El rubor en la guantera

5 comentarios:

daniel eduardo dijo...

acá me apuntan que "el overo rosado" existe.

JPY dijo...

en el aire Daniel: amén de simpática, la referencial rima era obligada ¿de qué otro color podía ser? (y si de existir, nuestro héroe lo tiñe).

Anónimo dijo...

Este gaucho nada tiene que envidiarle a la barbie. El gaucho chancho va queriendo refinarse. Dicen las malas lenguas que anda tras un Martín Fierro...con perdón de la hombría de aquel legendario personaje.
Esta buenísimo!!!
karina

JPY dijo...

Gracias, mañana más (esperemos mantener el tipo).

Jorge Alberdi dijo...

Rarón rarón el gaucho este, parece un Martín Goma