Querido Lector,

si te dispones a leer este folletín de aspecto lisonjero, tres cosas te pido: no te violentes, la violencia indefectiblemente priva de razón. Celebra la diferencia, hace la vida más interesante y placentera. Y sonríe, una sonrisa es un regalo compartido. Si aún así algo de lo dicho o exhibido en estas páginas te ofende, te ruego me disculpes.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Capítulo XVII

Al marqués le iban los tíos Y le iban también las tías De esperma corrían ríos Poblaba el mundo de crías Sobraba al hombre los bríos A fuerza de cocaína Vendida por los baldíos Vendida por cada esquina Al ver corazón tan frío Al punto que lo resfría El gaucho estaba sombrío Tomando su peperina Podrido el libre albedrío No cura con la aspirina