Querido Lector,

si te dispones a leer este folletín de aspecto lisonjero, tres cosas te pido: no te violentes, la violencia indefectiblemente priva de razón. Celebra la diferencia, hace la vida más interesante y placentera. Y sonríe, una sonrisa es un regalo compartido. Si aún así algo de lo dicho o exhibido en estas páginas te ofende, te ruego me disculpes.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Capítulo VII

Montó un burdel en el llano De esa provincia bravía En un ranchito de barro Cercano de la autovía Recibió a todo el poblado Incluso a la policía Ya sea invierno ya verano Para engrosar la alcancía No hubo ni día feriado Ni el asco se permitía Se amanecía estaqueado Y así mismo anochecía Dura faena el pecado Dura faena la hombría